Sentidos de los tiburones

Sentidos de los tiburones

Los tiburones poseen siete sentidos bien desarrollados. Para un depredador en el océano, esto constituye un aspecto fundamental, pues debe ser capaz de localizar a sus presas a largas distancias o cuando se oculten. Más de 400 millones de años de evolución han sido testigos del desarrollo de los sentidos en los tiburones y su transformación en sensores de alto rendimiento. Estos animales pueden ver en la oscuridad mejor que los gatos, pueden oler 10 000 veces mejor que los seres humanos, y tienen un sentido muy desarrollado del gusto. Además, poseen un oído excelente, pudiendo advertir incluso pequeñas diferencias en los cambios de presión, determinar el sentido de la corriente e incluso detectar campos eléctricos en sus presas.

Visión

La visión de los tiburones bajo el agua solo es posible en un área inmediata entre 0 y cerca de 50 metros, en dependencia de las condiciones del agua. Además, los colores se absorben con más fuerza con el aumento de la profundidad del agua. En tales circunstancias, la ventaja podrá favorecer a quien posea mayor o menor visión, ya sea presa o depredador. Para el caso de los tiburones, estos han desarrollado métodos de amplificación de la luz en sus ojos, lo que les aporta mayor eficiencia con respecto a otros mamíferos de hábitos nocturnos como gatos, zorros o lobos.

Olor

Un tiburón es capaz de oler ciertas sustancias 10 000 veces mejor que los seres humanos, e incluso puede localizar el olor de la presa con gran precisión en un radio de cien metros.

Sabor

La decisión sobre si debe o no comer cierto tipo de presa depende de cómo sabe para el tiburón. Estos animales tienen un muy buen sentido del gusto, por lo que no es sorprendente observarlos probando solo un pequeño bocado de aquellos alimentos que no conoce, antes de comerlos por completo.

Electrosentidos de los tiburones

Electrosentidos

Probablemente el aspecto más fascinante de sus sentidos, es la capacidad que poseen estos animales para detectar campos eléctricos. Todos los seres vivos emitimos campos eléctricos, ya sea mediante los latidos del corazón, el movimiento muscular o el cerebro. En este sentido, las presas pueden ocultarse o camuflarse con eficacia, pero siempre serán incapaces de ocultar las emisiones de sus campos eléctricos.

En los tiburones, los electrosensores se denominan ampollas de Lorenzini, y se trata de un órgano sensorial que solo poseen estos animales junto con las rayas. Básicamente, se compone de una ampolla y un canal alargado y relleno de sustancia gelatinosa que termina en un poro. Cientos de estos grupos de poros se encuentran en la cabeza del tiburón, especialmente en la región de su hocico. Dado que los impulsos eléctricos de las presas son muy débiles, los electrosensores solo logran funcionar dentro de un rango de varios centímetros.

Oído

El sonido viaja bajo el agua cerca de cuatro veces más rápido que sobre la tierra, por lo que las bajas frecuencias se disipan más lento que las altas. Por tal razón, el sentido del oído es fundamental para los tiburones. Estos animales reaccionan ante las bajas frecuencias (oscilaciones pulsantes cerca de los 100 Hz), producidas por animales enfermos o heridos. Varias especies de tiburones pueden localizar con extrema precisión a sus presas a una distancia de varios cientos de metros.

Tacto

La piel del tiburón posee sensores de precisión y temperatura muy sensibles, algunos de los cuales son tan sensibles que pueden registrar sobre la dermis vibraciones y movimientos de tan solo 0.22 mm. Con estos sensores, los tiburones pueden percibir no solo cualquier contacto, sino también corrientes marinas y cambios de temperatura en el agua.

Sensores de presión de los tiburones

Sensores de presión

La línea lateral: El sistema de línea lateral de los tiburones se extiende desde la cabeza hasta su aleta caudal, contiene células sensoriales incrustadas en una sustancia gelatinosa en el cuerpo y conectadas a la superficie de la piel mediante pequeños poros. Esta sustancia gelatinosa permite conducir las ondas de choque hacia las células sensoriales.

Órgano pozo: El órgano pozo consta de dos dentículos de gran tamaño que cubren un pequeño bolsillo sobre la piel. En la parte inferior de este bolsillo podemos encontrar una colección de células ciliadas sensoriales. Muchos tiburones tienen estos órganos de pozo en mayor número sobre la espalda, los costados y la mandíbula inferior. La función exacta de este órgano aún no ha sido determinada, pero lo más probable es que sea utilizado para registrar los estímulos mecánicos, como por ejemplo, las corrientes de agua.

En resumen, los tiburones necesitan de sus siete sentidos para registrar y reconocer el mundo submarino que les rodea. En aras de convertirse en un cazador exitoso, estos sentidos tan agudos son muy importantes para la especie, e incluso, para sobrevivir en el océano durante más de 400 millones de años, fue necesario el desarrollo de un sistema sensorial tan avanzado.

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