Todas las criaturas que viven bajo el agua tienen ciertas características en común. Todas ellas necesitan de una manera para obtener el oxígeno. Además, necesitan reproducirse en aras de asegurar la continuidad de la especie y alimentarse para sobrevivir. Sin embargo, cada especie en particular también posee características especiales únicas.
En el caso de los tiburones, estos poseen sentidos muy sensibles, un hígado especial que les ayuda a flotar, varias filas de dientes, y ojos que no son tan diferentes como los de nosotros, los humanos. Al igual que las rayas, el esqueleto de los tiburones está compuesto de cartílago. Además, la anatomía de un tiburón está especialmente diseñada para ayudarle a navegar durante largas distancias y maniobrar cerca de las presas con gran facilidad. Sus varios pares de aletas también le permiten navegar a través del agua, del mismo modo en que nuestras extremidades inferiores nos mantienen en pie, y nuestras manos nos ayudan a mantener el equilibrio del cuerpo.
Un tiburón se caracteriza por presentar varios pares de branquias a cada lado de la cabeza, a diferencia de otros peces que solo tienen una branquia en sus costados. Un ser humano respira por la nariz y por la boca, mientras que un tiburón solo utiliza sus fosas nasales (llamadas narinas) para oler. Del mismo modo, los humanos utilizan trajes de camuflaje para ocultarse de sus enemigos, y en el caso de los tiburones, estos nacen con una pigmentación especial que les permite protegerse de sus depredadores, tanto dentro como fuera del agua.
Los huesos de un pez se encuentran compuestos principalmente de calcio, pero un tiburón en realidad no posee huesos. Un esqueleto de tiburón está hecho de cartílago. Los peces óseos tienen además una vejiga natatoria llena de gas que les permite flotar sobre el agua, pero los tiburones no cuentan con este órgano especial. En cambio, y como el cartílago es más ligero que los huesos, le permite a esta especie poder flotar sin dificultades. Del mismo modo, un tiburón no posee tantas partes móviles como los peces óseos, lo que podría hacerle más torpe en cuanto a sus movimientos. Sin embargo, al ser más flexible el cartílago que los huesos, el tiburón puede ejecutar movimientos circulares en espacios reducidos con más soltura que ningún otro pez. Este cartílago se genera durante toda la vida del tiburón, produciendo además cerca de la mandíbula una especie de depósito de minerales, fundamentales para aportar una resistencia adicional (por ejemplo, a la hora de morder).
Cuando el popular aeroplano DC-9 fue creado, los ingenieros tuvieron en mente lograr un avión que pudiese viajar de modo mucho más rápido, utilizando la menor cantidad de energía. Cuando comparamos este modelo de avión con la forma de un tiburón, podremos darnos cuenta que en realidad, presentan un diseño muy similar: ambos tienen cuerpos redondos que disminuyen en ambos extremos. Esta forma permite que el avión se deslice con mayor facilidad por el aire, mientras que al tiburón le permite desplazarse a través del agua sin necesidad de utilizar todas sus reservas de energías para llegar a su destino.
Los tiburones son generalmente de color oscuro en su parte superior, la cual se denomina parte dorsal, y de un color más claro en la parte inferior o lado ventral. Dada esta característica, algunos depredadores como el hombre pueden no llegar a ver a un tiburón desde la superficie, puesto que su pigmentación logra confundirse con las aguas oscuras y profundas del océano. De la misma manera, cuando un depredador observa desde el fondo hacia la superficie, la región ventral del tiburón logrará combinarse con las aguas del mar iluminadas por los rayos del Sol. En ambos casos, el tiburón se las arregla muy bien para “mezclarse” con su entorno y evitar ser visto o ponerse en peligro.
Como mencionábamos anteriormente, los tiburones presentan nariz, pero solo la utilizan para oler, no para respirar. Estas fosas nasales o narinas, pueden ser encontradas en la parte inferior de su hocico. No obstante, algunas especies como el tiburón gato pueden poseer lo que se conoce como barbillas nasales, protuberancias que sobresalen entre las fosas nasales y la boca, y que le permite obtener ciertas informaciones olfativas.
Éstos son órganos electroreceptivos. Las ampollas son poros cubiertos de una sustancia gelatinosa, cuya función había permanecido desconocida hace muy poco. En esencia, son dispositivos de detección de campos eléctricos, y a través de ellas, el tiburón puede detectar la presencia de otras criaturas vivientes incluso cuando el resto de sus sentidos no alcanza a detectar dicha presencia. Las ampollas se distribuyen alrededor de la cabeza, y sus aberturas externas son tan grandes que pueden ser observadas a simple vista.
En experimentos recientes, un grupo de tiburones y rayas fueron ubicados en un área confinada donde se les entrenó para que se alimentarán cerca de un par de electrodos enterrados en la arena. Mientras los tiburones comían, los electrodos fueron activados, emitiendo cuatro décimas de microvoltios. Cuando la comida fue retirada, los electrodos continuaron emitiendo corriente, por lo que automáticamente, los tiburones y las rayas comenzaron a rondar los dispositivos, desenterrándolos finalmente e interactuando con ellos mediante mordidas. De esta manera, logró demostrarse que estos animales pueden percibir pequeñas cargas eléctricas, e incluso rastrearlas hasta su origen.
Los tiburones, como todos los peces, utilizan su cuerpo y cola para desplazarse por el agua a través de un movimiento lateral. Las aletas de esta especie no son rígidas ni poco flexibles, sino compuestas por diminutas varillas de cartílago. En general, los tiburones presentan cinco tipos de aletas diferentes:
1- Par de aletas pectorales que permiten elevar al animal mientras nada.
2- Par de aletas pélvicas para su estabilidad.
3- Una o dos aletas dorsales para apoyar el balance del cuerpo (En algunas especies estas aletas están compuestas de espinas).
4- Aunque no todos presentan aleta anal, este órgano puede aportar mayor estabilidad en aquellos ejemplares que la posean.
5- La aleta caudal o posterior, que permite desplazar al tiburón hacia delante.
Generalmente, los tiburones tienen de cinco a siete branquias a cada lado de su cabeza, a diferencia de los peces óseos que solo poseen una en cada costado. Cuando el agua cubre las branquias, el oxígeno es absorbido por la sangre en estos órganos, transportándose luego al resto del cuerpo.
Algunos tiburones poseen pequeñas aberturas llamadas espiráculos detrás de sus ojos y en la parte superior de la cabeza. Estos espiráculos son como pequeñas branquias que permiten al animal obtener el oxígeno directamente del aire. Sin embargo, mientras más activo y rápido el ejemplar, menor dependencia hará de estos órganos, por lo que podremos encontrarlos de un tamaño muy pequeño o completamente inexistente.